DF Conexión a China | Chile en la Ruta de la Seda Digital
Lucas Marinovic y Felipe Barrientos Abogados del Asia Desk de Barros & Errázuriz
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Lucas Marinovic y Felipe Barrientos
La inversión china en Chile continúa creciendo rápidamente. El reciente anuncio sobre la adquisición de la eléctrica CGE y la participación de empresas estatales chinas en concesiones de infraestructura pareciera haber abierto los ojos a muchos sobre lo que ya es una realidad en otras partes del mundo. Sin embargo, un sector donde podríamos ver una creciente actividad de capitales chinos es en tecnología.
La forma que toma la inversión extranjera china en tecnología depende, en gran medida, del nivel de desarrollo tecnológico del país de destino. Mucho se ha hablado de los intentos de potencias como Estados Unidos, Europa e India de bloquear inversiones chinas estratégicas para acelerar el desarrollo de su tecnología nativa. Sin embargo, lo que muchos ignoran es que gran parte de la inversión china en tecnología se ha radicado fuera de las grandes potencias mundiales, en los países asiáticos y africanos que forman parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative). En estas zonas, las inversiones chinas se han enfocado en la construcción de infraestructura digital habilitante y en la adquisición de empresas de servicios digitales locales.
La que ha sido denominada por el gobierno chino como la “Ruta de la Seda Digital” (Digital Silk Road), agrupa una serie de iniciativas relacionadas a la construcción de infraestructura tecnológica habilitante en países asiáticos y africanos en desarrollo, los que no cuentan con los recursos o la iniciativa gubernamental para llevar a cabo estos proyectos por su cuenta y además han sido olvidados por las potencias occidentales. Así, vemos que gigantes tecnológicos como Huawei, ZTE, Alibaba, Baidu y Tencent, han efectuado significativas inversiones en la construcción de cables submarinos de fibra óptica, tecnología 5G, centros de datos, smart cities y “villas tecnológicas” en países tan diversos como Egipto, Sudáfrica, Pakistán, Malasia y Filipinas.
Adicionalmente, capitales privados chinos han comenzado a tomar una posición relevante en la inversión en empresas de servicios digitales en dichas regiones, mediante la adquisición de startups locales con alto potencial de escalamiento a nivel regional. A diferencia de la inversión en infraestructura digital, este tipo de inversión china nace orgánicamente de fondos de venture capital y empresas tecnológicas chinas, los que ven una oportunidad de llegar a una numerosa base de nuevos usuarios. La experiencia china en el desarrollo de modelos de negocio innovadores y la gran capacidad que han demostrado sus empresas de adaptarse a los mercados locales, les han permitido liderar rondas de inversión sobre los 100 millones de dólares en e-commerce y fintech en hubs regionales como Kenia, Nigeria y Singapur.
Latinoamérica comparte muchas de las características que han atraído la atención de capitales chinos en tecnología a Asia y África, tales como la necesidad de financiamiento para la construcción de infraestructura digital y una gran base de usuarios por sumar a la economía digital. No debiera sorprendernos, entonces, la llegada de una nueva ola de capitales chinos al país, la que podría ser determinante en el posicionamiento de Chile como un hub tecnológico a nivel regional.